domingo, 24 de febrero de 2013

Vivencias del año 2011

Este año comenzó muy emocionante. En primer lugar, el trimestre que había terminado en diciembre del año anterior había sido muy satisfactorio en cuanto a trabajo y rendimiento. En segundo lugar, empecé con muy buen pie, me explico. Empecé el año con toda mi familia unid ay apoyándome en tantas decisiones como yo eligiera. Eso te da un doble impulso para intentar conseguir aquello que deseas con todas tus fuerzas. En los primeros meses de aquel año, comencé a escuchar el doble o triple de música clásica. A conocer autores que jamás había oído obras alguna, a comprender la verdadera esencia de aquello que hacía,... En una de las agrupaciones musicales donde yo estaba, dábamos conciertos casi con cierta frecuencia en pueblos cercanos a la comarca donde hoy escribo estas letras. Me aconsejaron hacer estudios de lenguaje musical pero mas duros de los que hasta ese momento había realizado. Fue ahí, donde esa decisión que tomé, fue un viaje de perros y un quebradero de cabeza tanto en mi como en mi alma. Acudí tardíamente a esas clases. Conocía poco a la profesora que lo impartía pero me dio una sensación extraña al ver sus rasgos. No me dio buena espina esa mujer. Y estaba en lo cierto. Fue el peor curso de lenguaje musical que he dado en mi vida. Había reproches por los dos lados. La clase, estaba colmada de un gran favoritismo hacia uno de los alumnos que allí estaba. Poco a poco empece a ver que esto no es tan fácil y que la música te puede llegar a dar hasta un terrible asco. El problema lo tenía ella. Yo creo, a mi parecer, que aquel que imparte clases sin vocación es perdiz muerta. Aquella señora me hacía cuestionarme la existencia en aquella clase. Pero yo no me iba a quedar callado. No estaba dispuesto a pasar ninguna mas. Hablé con mi tutor y le conté lo que había. Si ella me volvía a faltar al respeto yo me iría, pero no de cualquier manera. Me iría haciendo lo que nunca me he atrevido a hacer: hablar sobre alguien y sobre su situación. Desde ese momento, aquella profesora aflojó y la clase la pude sobrellevar lo mas leve que me fue posible. Siguió habiendo mucho peloteo en aquella clase. Normal, la familia del alumno y aquella funcionaria se conocían de mucho tiempo. Incluso los tributos se hacían presentes en cada clase. Fue muy lamentable. Finalmente, llegue al verano de aquel año. Fue un verano un poco extraño. Tensiones en mis círculos de amistad, amores no correspondidos ( no por mi parte) y un sinfín de historias que tristemente apagaron aquel verano tan prometedor. A la vuelta de las vacaciones, aproximadamente en el mes de octubre recibí una llamada. Era la directora de una orquesta de mi ciudad. Quería tenerme en su orquesta. A priori, la idea de pertenecer a una orquesta "seria" me atraía, pero las muestras de purismo y "sabelotodismo" que se dan en ellas me echaba para atrás. Lo pensé bien, y decidí ir. Al principio fue muy raro. Toda la gente fijaba las miradas en los nuevos esperando al mas mínimo error para crucificarte. Ensayamos duro y nos dieron la opción de realizar el concierto de año nuevo de 2012 de nuestra ciudad. En ese momento, cuando se aceptó la propuesta, mi mente se convirtió en una mezcla ente fantasía y ensueño. Ese periodo de ensayos, especulaciones, participaciones, y muestras de algunas de las mas famosas obras que se tocan en Viena, dio paso a la navidad. Para mí, la navidad de 2011, fue el culmen a un año perfecto. Madure lo suficiente, me formé como músico y creía en mis posibilidades. Esas navidades fueron un momento único. Cada villancico que sonaba, me hacia querer con mas fuerza que llegara el 1 de enero. lo deseaba, quería que llegara ese momento. Era mi primer concierto de año nuevo, y lo disfruté como se merecía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario